Nada en la vida es gratis

Marco Moretti

Es increíble seguir viendo a profesionales del bienestar animal recomendar protocolos como "Nada en la vida es gratis".

La idea de que tu perro debe “ganarse” cada gesto de cuidado o afecto es, en una palabra, inaceptable.

¿cómo te sentirías si un amigo o familiar condicionara cada interacción contigo? “Si quieres mi ayuda, primero haz algo por mí.” Absurdo, ¿verdad?

En las relaciones humanas sanas, no hacemos cosas por los demás esperando siempre algo a cambio. Lo hacemos porque cuidarnos mutuamente es parte del vínculo.

¿Por qué debería ser diferente con tu perro?

Cuando aplicamos estas ideas a nuestras relaciones con los perros, rompemos la lógica básica del mutualismo y la colaboración. Condicionamos el afecto y el cuidado, cuando precisamente esas son las bases de una relación familiar saludable, tanto entre humanos como con nuestros perros.

¿Qué le estamos diciendo a nuestro perro si, para conseguir algo tan simple como salir a pasear, tiene que “obedecer” o “cumplir una tarea”? Que su valor depende de lo que hace, no de quién es.

Estos protocolos obsoletos no solo ignoran la dimensión emocional de los perros; también fallan en entender la complejidad de las relaciones multiespecie dentro de una familia.

Las familias funcionan gracias al apoyo mutuo, no a las condiciones.

Y aquí viene lo irónico: quienes te recomiendan esto, ¿lo aplican a sí mismos? Porque, como profesionales, ellos sí tienen la obligación de ofrecerte algo a cambio: preparación actualizada, respeto por tu perro como individuo y soluciones personalizadas. Si no están dispuestos a eso, quizás deberíamos aplicarles su propia lógica: nada en la vida es gratis.

Tu perro no necesita ganar el derecho a tu cariño. Necesita un tutor que entienda que las relaciones no se construyen con contratos implícitos ni jerarquías, sino con conexión, cuidado y empatía.

Si alguien aún insiste en lo contrario, es hora de buscar otro camino.

Porque cuando entendemos que la relación con nuestro perro no es un intercambio de servicios, sino un vínculo basado en el amor y el respeto, es cuando realmente comenzamos a vivir como una familia multiespecie.

¿Qué eliges: condicionar o cuidar?