Los perros que “se las arreglan siempre mejor sin sus humanos”

Marco Moretti

¿Crees que los perros nacen sabiendo cómo manejar cada situación sin ayuda?

Si fuera así, ¿podríamos esperar que alguien que ha crecido aislado, sin relaciones sociales ni experiencias, destaque en una carrera diplomática?

Es cierto que un perro que ha tenido un desarrollo adecuado, con experiencias sociales ajustadas a su edad y personalidad, y herramientas suficientes, sabe interpretar el mundo canino mejor que nosotros.

Pero a veces, por desconocimiento o buenas intenciones, alguien piensa que soltar a un perro inseguro en un grupo lo hará mejorar.

Seguro has escuchado: 'Déjalo suelto, ya se las arreglarán entre ellos'.

La intención puede ser buena, pero el resultado suele ser muy distinto.

Tu perro puede sentirse perdido, sin saber qué hacer, y esa situación puede convertirse en algo negativo por no tener las herramientas necesarias para gestionar algo tan complejo.

Los perros tienen una capacidad increíble para entender el lenguaje de otros perros: marcajes olfativas, posturas, gestos.

Pero esa habilidad no aparece de la nada.

Necesitan aprender paso a paso, en un entorno seguro y respetuoso.

Pero aquí está lo importante: eso solo ocurre si hemos cumplido con nuestra parte del trato.

Si les hemos dado esas herramientas, podemos confiar en que gestionen la experiencia sin necesitarnos.

Si no, no podemos desaparecer en momentos en que nos necesitan.

Nuestra obligación es acompañarlos y asegurarnos de que cada experiencia sea constructiva.

Forzar una situación es como empujar a alguien que no sabe nadar a una piscina profunda esperando que aprenda por instinto de supervivencia.

Es nuestra responsabilidad elegir bien: buscar perfiles compatibles, espacios tranquilos, manejar los encuentros con cuidado y estar ahí como guía.

No se trata de ser sobreprotector@s, sino de ser familia que les ayuden a ganar confianza.

Un perro con habilidades sociales no nace sabiéndolo todo.

Lo construye poco a poco, aprendiendo y creciendo en un entorno seguro.

Nuestra tarea es darles la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.

Con tiempo, paciencia y respeto, ellos harán el resto, mientras tanto estar presentes y intervenir si hace falta.