¿La llamada perfecta existe?

Marco Moretti

Nos han hecho creer que "entrenar" la llamada es cuestión de protocolos y técnicas.

Pero la realidad es otra: la llamada no se basa en trucos, chantajes o juguetes.

Y mucho menos en métodos inaceptables como desaparecer para que un cachorro no se aleje por miedo.

Estas prácticas son injustas y dañan la confianza y la seguridad que nuestro perro, y más un cachorro, necesita para explorar el mundo.

¿Qué mensaje queremos darles? ¿Que podemos desaparecer en cualquier momento?

No. Lo que debemos transmitirles es simple: “Siempre estaré aquí para ti.”

La llamada no es una herramienta de control ni un espectáculo para presumir.

Es algo íntimo, privado, que refleja la relación que hemos construido con nuestro perro.

Y sí, la genética importa.

Hay perros más colaborativos, como los pastores, atentos a nosotr@s.

Pero también hay razas independientes, como Beagle o nórdicos, que a veces priorizan su entorno sobre nuestra voz.

Esto no es un error ni un problema, es su naturaleza.

Nuestra responsabilidad no es cambiarla, sino gestionarla: usar GPS, correa y aceptar que no siempre seremos el centro de su atención.

Hagamos un ejercicio de honestidad.

¿Tú siempre acudes de inmediato cuando alguien te llama?

¿Dejas todo si te llaman tus padres o tu pareja?

Probablemente no.

Depende del momento y del vínculo que tengas con quien te llama.

Entonces, ¿por qué exigimos a nuestros perros algo que ni siquiera nosotr@s hacemos?

La llamada no puede convertirse en ruido de fondo.

Si los llamamos constantemente sin necesidad, nuestra voz pierde valor.

Llamemos solo cuando importa, usando tonos claros que diferencien un simple “quiero saber dónde estás” de un urgente “esto es importante, ven ahora.”

Nuestros perros viven en un mundo hecho para humanos. Una buena llamada puede marcar la diferencia, pero si no responden en un momento crucial, tampoco es el fin del mundo.

En lugar de culparlos, acerquémonos, mostremos qué necesitamos y reforcemos el vínculo.

La llamada no se enseña con protocolos rígidos ni chantajes.

Se construye desde la relación.

Y cuando esa relación se basa en confianza y respeto, acudirán, no por obligación, sino porque saben que somos importantes para ellos.

Te leo 👇