“Instrumentalizar una conducta.” ¿Un concepto válido o un error conceptual?

Marco Moretti

Hace poco, alguien me dijo que su perro “instrumentalizaba la agresión” para alejar a otros perros.

¿Dirías lo mismo si habláramos de un humano?

Un músico practica con intención y control. Ajusta sus movimientos y trabaja para dominar su instrumento.

Decir que “instrumentaliza” su técnica tiene sentido: es un proceso deliberado que busca un resultado claro.

Pero un perro que agrede, ¿hace lo mismo? ¿Realmente analiza y perfecciona sus reacciones?

No. Un perro no agrede porque ha decidido que es la mejor técnica.

Agrede porque está sobreviviendo.

Si una persona reacciona con dureza en contextos sociales, no diríamos que “instrumentaliza” su agresión.

Diríamos que le cuesta conectar, que ha vivido experiencias difíciles.

Hablaríamos de su historia, de su desarrollo, de quién es como individuo.

¿Por qué con los perros reducimos todo a conductas?

¿Por qué nos enfocamos en lo que hacen, en lugar de entender quiénes son y cómo llegaron a ser así?

Cada reacción de un perro, ya sea gruñir o alejarse, no es siempre un plan frío o una estrategia calculada.

Es una forma de expresión.

Es el reflejo de su historia, de sus emociones, de cómo ha aprendido a enfrentarse al mundo.

Decir que algo “le funciona” no explica nada.

“Funciona” porque la reacción valida su experiencia: el mundo es hostil, mejor apartarlos antes de que me hagan daño.

Esa funcionalidad no es un plan, es la consecuencia de un sistema que siempre responde igual, perpetuando su realidad.

Para cambiar esta realidad, no basta con corregir la conducta (el síntoma).

Es necesario trabajar en los factores emocionales, históricos y ambientales que la generan.

Educar, acompañar, no es corregir lo que vemos. Es mirar más allá.

Es entender que no podemos deshacer una conducta sin abordar la historia que la creó.

Cuando te enfocas solo en lo que “funciona”, olvidas que las conductas son síntomas de algo más profundo: un individuo buscando su lugar en un mundo que no siempre lo entiende.

El cambio comienza cuando dejamos de preguntar cómo eliminamos una conducta y empezamos a preguntarnos cómo construimos bienestar.

¿Aún crees que las conductas funcionan “por sí solas”?

Reflexionemos juntos.Te leo👇