¿Control disfrazado de autocontrol?
Marco Moretti
“Deja el plato frente a su nariz, aléjate, sal de la habitación, y espera que no toque nada hasta que le digas que puede.” ¿Te suena? Lo llaman autocontrol, pero, ¿es eso lo que estamos enseñando?
Seamos claros: estos ejercicios no tienen nada de educativos. Lo que enseñan no es autocontrol, sino confusión, inseguridad e incoherencia.
Piénsalo desde el lenguaje natural del perro: si alguien se aleja de un recurso, ese recurso está disponible. Es una regla sencilla, lógica y respetada por todos los perros. Pero ahí vamos nosotros, metiendo nuestras reglas humanas: “Aunque me aleje, aunque no lo mire, aunque ya no esté aquí, ese recurso sigue siendo mío.”
¿Qué estamos haciendo en realidad? 👉 Rompemos la lógica del lenguaje canino. 👉 Les enseñamos que sus señales naturales no valen nada. 👉 Les metemos dudas y desconfianza sobre sus propias decisiones.
Es como si les diéramos un manual que dice: “Todo lo que sabes como perro, olvídalo. Aquí se hace lo que yo digo, aunque no tenga sentido para ti.”
En cachorros y perros jóvenes, este error es especialmente grave. Están desarrollando su comunicación, su seguridad y sus herramientas emocionales. En lugar de guiarlos, les metemos obstáculos: les hacemos dudar de sí mismos, de los demás perros y de nosotros como referentes.
Un perro inseguro no confía en su lenguaje. Se paraliza o actúa de forma incoherente, porque ya no sabe qué significan las señales. No sabe si un perro junto a un recurso lo está declarando suyo o si es libre para tomarlo. Lo que debería ser claro y natural, lo volvemos un caos.
Estos ejercicios, lejos de enseñar, generan una desconexión profunda. La comida, un recurso vital y emocional, debería ser algo que conecte, no una herramienta de control. Pedirle a un perro que ignore su naturaleza para ajustarse a expectativas humanas no es educación. Es imposición.
Así que, la próxima vez que alguien te diga que “enseñar autocontrol” es clave, pregúntate: ¿Realmente estoy ayudando a mi perro, o estoy imponiendo algo que solo lo confunde y limita?
Porque un perro que se siente seguro, entendido y respetado no necesita estos ejercicios absurdos. Necesita una comunicación clara y coherente, basada en su propia naturaleza.
Y tal vez, más que enseñar autocontrol, lo que necesitamos es aprender a soltar el nuestro.
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