Cachorro o adulto. La decisión que nadie quiere cuestionar.

Marco Moretti

Adoptar un cachorro siempre suena tentador.

Es difícil resistirse a esos ojitos redondos y esa torpeza encantadora.

Pero, ¿qué pasa si al priorizar siempre un cachorro estamos olvidando algo crucial? Quizá no sea la mejor decisión ni para ti ni para el perro. 🐾

Un cachorro es como un boleto de lotería emocional. Aunque su genética te dé pistas, nunca sabrás cómo será de adulto.

Su temperamento, posibles déficits emocionales y comportamientos futuros están marcados por factores que no controlas: la genética de sus padres, la epigenética prenatal e incluso la serenidad de la madre durante la gestación.

En cambio, un perro adulto ya ha escrito gran parte de su historia. Puedes saber si su energía, carácter y necesidades encajan contigo. ¿Te cuesta manejar la energía desbordante? Un adulto tranquilo puede ser ideal. ¿Prefieres largos paseos? Un adulto enérgico será tu mejor compañero.

¿Pero qué hacemos?

Seguimos eligiendo cachorros porque creemos que “los moldeamos a nuestra medida”.

🛑Spoiler: no siempre es así. Muchos tutores se ven superados cuando el cachorro crece y no cumple con sus expectativas.🛑

Aquí está la gran ironía: adoptar un adulto te permite evaluar de forma realista si eres un buen match.

Con un cachorro, todo es una incógnita, pero ignoramos esto porque priorizamos lo bonito sobre lo importante: una relación que funcione para ambos.

Adoptar un cachorro no está mal, pero hacerlo sin considerar las implicaciones sí lo está.

No priorices lo adorable, prioriza lo que encaja contigo y lo que le permitirá al perro tener la vida que merece.

Así que, la próxima vez que pienses en adoptar, pregúntate:

¿Buscas un compañero de vida o una proyección de lo que quieres que sea? La respuesta puede marcar toda la diferencia. 🐕❤️

Cuéntame lo que opinas? Te leo 💥